Lenguaje de los de abajo

Lenguaje de los de abajo gy 27403303 15, 2011 g pagos LENGUAJE Oye, curro, yo quería icirte una cosa… —dijo Camila una mañana, a la hora que Luis Cervantes iba por agua hervida al jacal para curar su ple. » «—Compadre Demetrio, tengo el gusto de presentarle al güero Margarito… iuri amigo de veras!… iAh, cómo quiero yo a este güero! Ya lo conocerá, compadre… iEs reteacahao!… ¿Te acuerdas, güero, de la penitenciaría de Escobedo, allá en Jalisco?… iUn año juntos! » «—Te digo que no es un animal… Oye cómo ladra el Palomo… Debe ser algún cristiano… ors . párense, no me gu n as… iPárense, as pelones, que no les v a hac n dados! » da! , ija! , ra cada uno… y de ija’… La comieron los veras descansaron! » Semántica popular «— iNomás las medias se te olvidaron! —exclamó el güero Margarito desternillándose de risa. » «Que diz que yo era maderista y que me iba a levantar. pero como no faltan amigos, hubo quien me lo avisara a tiempo, y cuando los federales vinieron a Limón, yo ya me había pelado. » iQuién sabe qué mitote trai! iQuesque quere hablar con Demetrio, que tiene que icirle quén sabe cuánto!… ero eso no e hace, pa todo hay tiempo como no arrebaten —respondió Pancracio, preparando su fusil. » de naipes, que atraen a jefes y oficiales como la luz a los mosquitos. Las peripecias del juego pronto lo absorben todo y caldean el ambiente más y más; se resplra el cuartel, la cárcel, el lupanar y hasta la zahúrda. » Música y canciones populares dirigidas a la revolución o a la mujer, gallos. . Oye, curro; yo quiero que me repases La Adelita… pa… ¿A que no me adivinas pa qué?… Pos pa cantarla mucho, mucho, cuando ustedes se vayan, cuando ya no estés tú aquí.. , cuando andes ya an lejos, lejos… que ni más te acuerdes de mi. «Por la tarde hubo peleas de gallos. Demetrio y sus principales jefes se sentaron bajo el cobertizo del portalillo municipal, frente a una plazuela inmensa, poblada de yerbas, un quiosco vetusto y podrido y las casas de adobe solitarias. » Vestimenta «Este dejó el asiento para venir a ponerse en cuclillas al lado de Demetrio. Tendió un sarape en el suelo y sobre él vació el talego de hidalgos relucientes como ascuas de oro. » «Demetrio también vestía de gala: sombrero galoneado, pantalón de gamuza con botonadura de plata chamarra bordada de hilo de oro. Costumbres gastronómicas «— iMujeres… , algo de cenar!… Blanquillos, leche, frijo es, lo que tengan, que venimos muertos de hambre. Sargento, tráeme una uila; he decidido pasar la noche en amable compañí orenita… » está abierto y en seguida se aprieta. No hay frijoles, no hay tortillas: puro chile picado y sal corriente. En vano los Jefes muestran sus bolsillos reventando de billetes o quieren ponerse amenazadores. » Ferrocarriles iAh —clamó de pronto—, ahora sí!. Y su mano tendida señaló la estación de los ferrocarriles.

Los trenes resoplando furiosos, arrojando espesas columnas de humo, los carros colmados de gente que escapaba a todo vapor. » Avances . se presentó la Pintada dando fuertes voces de júbilo. Chasqueando la lengua, pretendía meter al comedor una bellísima yegua de un negro azabache. — iMi «avance»! iMi «avance»! —clamaba palmoteando el cuello enarcado del soberbio animal. La yegua se resistía a franquear la puerta; pero un tirón del cabestro y un latigazo en el anca la hicieron entrar con brío y estrépto. Los soldados, embebecidos, contemplaban con mal reprimida nvidia la rica presa. ?? iYo no sé qué carga esta diabla de Pintada que siempre nos gana los mejores «avances»! — Clamó el güero Margarito— Creencias en supersticiones y brujería «»A mi hija le han hecho mal de ojo», rumoreó señá Agapita, perpleja. Meditó mucho tiempo, y cuando lo hubo reflexionado bien, tomó una decisión: de una estaca clavada en un poste del jacal, entre el Divino Rostro y la Virgen de Jalpa, descolgó un barzón de cuero crudo que servía a su mari la yunta y, doblándolo, 31_1f3 propinó a Camila una sobe ara sacarle todo el daño. «