Habilidades Sociales-Genero Masculino Hasta hace años, hablar de distintas -no mejores ni peores- habilidades en hombres y mujeres era un tema tabú que sólo se atrevían a tratar algunas investigadoras, cuya condición sexual las protegía de posibles acusaciones de machismo. Pero estos últimos dias, el economista estadounidense Lawrence Summers (en la foto), presidente de la Universidad de Harvard, ha i rumpido en el debate como un elefante en una cacharrería.
En unas desafortunadas declaraciones, que él mismo se ha apresurado en desmentir, sostenía que las mujeres están genéticamente menos capacitadas que los hombres a la hora de onerse a hacer Ciencia. * Una serie de pruebas realizadas por estudiantes estadounidenses entre 1 960 1992 dieran como resultado que los varones están má atemáticas y, en ora general, las materias rio, los hombres resultan algo más tor s_ co al ra de manejar el lenguaje.
Su memori r listas de palabras, y además tardan má stintos vocablos que empiecen por una misma sílaba o que contengan una determinada letra, por ejemplo. * Los varones suelen usa Swlpe to vlew next page usar un solo hemisferio cerebral (generalmente el izquierdo) para procesar la información lingüística. Por ello, padecen enfermedades del habla más a menudo que las mujeres cuando han sufrido una lesión en el hemisferio que se encarga del lenguaje.
Además, tardan más tiempo en recuperarse, ya que les cuesta más trabajo emplear otras zonas de su cerebro. * Algunos expertos creen que la testosterona y otras hormonas masculinas son las responsables de ciertas habilidades masculinas como el sentido de la orientación. Las diferencias entre los juguetes de los niños y las niñas también se han relacionado con la acción de las hormonas. * Tiene un cerebro algo más grande que el de la mujer, como eda, al Igual que sucede con el resto del organismo.
También suele presentar un mayor hipotálamo, el área encargada de regular la conducta reproductora tanto en los machos como en las hembras. Por el contrario, los hombres poseen un sistema límbico más pequeño, lo que dificulta su capacidad para expresar sentimientos. El hombre es como media mucho más agresivo. * En un estudio de 1990, se preguntó a 500 directivos de empresa, hombres y mujeres, que describieran las características de un directivo de éxito. La mayoría habló de competitividad, habilidad para el liderazgo, confian directivo de éxito.
La mayoría habló de competitividad, habilidad para el liderazgo, confianza en si mismo, objetividad y deseo de adquirir responsabilidades. Cualidades que los empleados aplicaron a sus dlrectivos masculinos y sólo a una de cada tres mujeres directivas. De ellas se destacaba, sobre todo, su carácter comprensivo, su inteligencia, su sensibilidad y simpatía con los demás, cualidades que declaraban echar de menos en sus jefes. * Por su parte, a los hombres no les gusta pedir ayuda, sino que buscan conquistar la situación por sí mismos, como si de un reto se tratara.
En su trato con las personas, se centran más n la tarea a realizar que en la construcción de una relación de confianza y reciprocidad; así, acudirían sin problemas a solicitar un favor de un viejo compañero al que no han visto en años con tal de conseguir un objetivo, mientras que una mujer se sentirá incómoda de pedir un favor a alguien con quien no haya construido una relación personal de confianza. Del mismo modo, sacan provecho de cualquier oportunidad para crear redes de contactos, a pesar de que ello les implique dedicar tiempo de su vida personal.
Mientras la mujer opta por trabajar más duro y no moverse de su escritorio para obtener el reconocimiento del jefe, l hombre es capaz de trabaj 3Lvf4 y no moverse de su escritorio para obtener el reconocimiento del jefe, el hombre es capaz de trabajar con mayor eficacia, aprovechando sus momentos fuera de la oficina, cualquier cita u oportunidad social que le permita interactuar con sus superiores u otros que puedan dar el impulso necesario a su carrera.
Conclusión: Ya desde la infancia, la dinámica de acción de ambos sexos es muy diversa. Hace más de 20 años se realizaron estudios sobre grupos de niños y niñas en sus juegos (1). Son los adultos de hoy, que trabajan y dirigen empresas. Durante su infancia, los iños jugaban en grupos grandes y heterogéneos, y las niñas en grupos pequeños, de entre dos y cuatro, construyendo relaciones de especial amistad y desarrollando su sensibilidad. ero también diferían en los juegos elegidos: los de los niños eran más competitivos, requerían mayor grado de habilidad, y provocaban continuas disputas que se lograban resolver con agilidad. Las niñas, en cambio, prefer[an juegos más sociales, en los que el éxito de una no depende de los errores de las demás, y se mostraban más dispuestas a interrumpir su juego en caso de disputas, antes que arriesgar la relación de amistad o sentirse heridas.