El teatro argentino gydamianchis «OR6pR 15, 2011 9 pagos 1) El teatro argentino acusó una gran dependencia del teatro europeo (español, italiano y francés) hasta finales del siglo XIX. Los teatros se hallan en manos de elencos extranjeros, particularmente españoles e italianos pero también franceses, ingleses y de otras lenguas. En unos se ofrece el gran repertorio universal, cláslco y moderno, animado por los artísticos dramáticos y lírico de mayor fama mundial.
En otros se compone las carteleras con zarzuelas, bodeviles y piezas de diversión de variado origen y, ya hacia fines del siglo, abunda en ellos el lamado «genero chico» hispano. ¿-l gran teatro es mantenido por una elite para su particular necesidad cultural, regusto artístico o simple figuración social, pero la programación se dirige y atrae a un publico más popular en todo sentido. Por varias décadas se carece no solo de un teatro de obras nacionales, sino también un elenco integrados po falseamientos de nin El 30 de noviembre d mandó crear en Bue fundamentos de la m org na 783 eda interpretar, sin s locales. n é de Vértiz y Salcedo medias. En los I virrey, refiriéndose al teatro que «no solo lo conceptúan muchos políticos como una e las mejores escuelas para las costumbres, para el idioma y para la urbanidad general, sino que es conveniente en esta ciudad que carece de diversiones públicas». La sala se la habilitó en forma pr Swipe to View nexr page provisoria en lo que era un galpón de depósito, con la idea de construir más tarde un recinto definitivo, pero ese proyecto nunca se llegó a concretar.
En esos tiempos, la construcción y mantenimiento de un teatro no era cosa fácil y pasó un buen número de años hasta la inauguración. Desde un principio, bastante humilde y cuestionada, la sala, poco poco se fue transformando en el centro de la actividad lírica y teatral de la ciudad, gracias a la buena elección de obras y autores de la lírica y el teatro clásico español. En su forma más pura, proponía en el plano espiritual que la humanidad debla trascender las limitaciones del mundo fisico y el cuerpo alcanzar la verdad ideal.
La temática se extraía de la naturaleza y del hombre natural; el teatro clásico español buscó la inspiración en los temas medievales y presenta a un héroe individual dominado por las pasiones Durante las épocas de Rosas el nivel del teatro decayó aunque umentó el número de salas teatrales. Se representaron dramones de poca categoría y los actores eran bastante malos. Gran parte del público tradicional del teatro no iba a las funciones para evitar encuentros con los rosistas.
La mayoría de los escritores argentinos se habían exiliado en el extranjero; ellos compusieron las mejores piezas teatrales de este período. José Mármol, el autor de Amalia, escribió El Poeta y el Cruzado, y Bartolomé Mitre, una obra titulada Las Cuatro épocas. Pero quien sobresale es Juan Bautista Alberdi, sobre todo con El Gigante Amapolas, obra en la que se burla de los tiranos y Bautista Alberdi, sobre todo con El Gigante Amapolas, obra en la que se burla de los tiranos y del medio de estos que despiertan en el pueblo.
Todos estos autores eran románticos, es decir, creían que las obras literarias debían exaltar los sentimientos del hombre y de la propia tierra podía dar tema y argumento a muchas de sus obras. La zarzuela es un género escénico que combina declamaciones, cantos y partes instrumentales. Durante esta época, la zarzuela se extendió hacia nuestro país, donde se combinó con formas locales. Su acción siempre incluye algún fragmento musical inspirado en la música típica de España. Se siguen haciendo en Buenos Aires representaciones de obras de procedencia europea, a las que asiste una minoría culta.
La gran masa del público asistía para divertirse a los espectáculos circenses. En 1 884 se representa, con la actuación de Podestá, la pantomima adaptada de novela de Gutiérrez, a la que este mismo había añadido cantos, danzas, gauchos a caballo y duelos a cuchilladas y a balazos. Obtuvo tal éxito que dos años después Podestá decide convertir la pantomima en drama hablado, con iálogos proporcionados por Gutiérrezy otros de su invención. Así empezó el teatro criollo, sobre la base de una novela ya existente.
En 1889, el espectáculo obtiene un clamoroso éxito en Montevideo y vuelve a Buenos Aires para ser representada con igual fortuna en 1 890 y 1891 Con el albor del siglo XX en la llamada «década gloriosa», que va desde 1 900 a 1910, conviven la intención cómica y la dramática. Se ha venido desarrollando gloriosa», que va desde 1900 a 1910, conviven la intención cómica y la dramática. Se ha venido desarrollando el sainete criollo, de tono satírico politico. Los saineteros crean un teatro típico, que refleja la vida local.
Refieren sucesos de actualidad y hacen subir la exposición política a las tablas, con continuas alusiones a acontecimientos y personas. Al principio imitan las formas llegadas de España con el llamado Género chico. uego este género declina y lo reemplaza definitivamente el sainete criollo, mas afín con el gusto popular. El sainete se limita a reproducir una parte reducida de la realidad. Sus personajes son gentes humildes, que se han quedado en la orilla de la ciudad: no se animan a llegar al centro, no uieren adentrarse en la campaña.
En esa franja limítrofe viven personajes típicos en su modo de actuar, de vestirse, de hablar. Son los del suburbio. En las últimas décadas del siglo XIX y primeros años del siglo XX se producen en la dramaturgia Argentina cambios inesperados: la actividad teatral empieza a resurgir con nuevas compañías nacionales. En ese ambiente de renovación nace el sainete porteño, como consecuencia de un fenómeno social: la inmigración; y de la necesidad habitacional surge el conventillo.
Es evidente que el tema del conventillo fue muy utilizado por os saineteros de la época ya que sirvió para expresar como era el medio en que se movían los personajes del Arrabal Porteño, su pobreza, su modo de vida, sus viviendas, sus carencias y sus necesidades. La literatura es reflejo de un «pedaz viviendas, sus carencias y sus necesidades. La literatura es reflejo de un «pedazo» de la sociedad en un momento determinado; y en este caso, ocurre lo mismo. Para ilustrar ese «pedazo de la sociedad» se da origen al sainete, obviamente, el mundo del conventillo no se ve de la puerta para afuera sino de la puerta para adentro.
El sainete responde a una serie de convenciones teatrales y el autor recurre siempre al contexto histórico – social argentino de la época. Este debe representar lo costumbrista. El sainete nace en el circo y luego pasa a la sala teatral. La verdadera consolidación del teatro nacional se logra, a través de la difusión del sainete y de la presencia de Gregorio de Laferrere y de Florencio Sánchez, que junto a Roberto Payró dieron forma definitiva a la dramaturgia nacional de principios de siglo.
Vinculado al sainete, el Teatro Grotesco ocupa un lugar en el teatro argentino del siglo XX, por los años 20. El Grotesco Criollo nace en Argentina como consecuencia de un caos social donde nadie sabe ya quién es, de dónde vino o a dónde irá a parar. Buenos Aires es invadido por las olas inmigratorias del interior, y sobre todo, del exterior del país. Es en los conventillos donde ésta gente sin tierras y de distintas procedencias intentaré convivir. En medio de la incomunicación, las desilusiones y el desarraigo.
El grotesco es el arte de llegar a lo comico a través de lo dramático. El penetrar y escarbar en las individualidades que se esconden detrás de las muecas visibles y ponen al descubierto sus frustraciones, ndividualidades que se esconden detrás de las muecas visibles y ponen al descubierto sus frustraciones, sus fracasos, sus disgustos; por ejemplo, las tragedias que sufren algunas personas que llegaron con la esperanza de «hacer la América» y luego se anulan sus ilusiones cuando se enfrentan con otra realidad. or los años 30, la dramaturgia argentina encontró expresión en el Realismo, a través de figuras como Florencio Sánchez y Gregorio de Laferrere Es un Realismo que rememora lo vivido, las experiencias propias. Son estos los autores que en cierta medida renuevan las formas del teatro rioplatense, atado hasta ese ntonces a las convenciones de la centuria precedente, que en el fondo sólo había generado piezas menores, escenas de carácter costumbrista. 2) Caras y Caretas acompañó el crecimiento de la Argentina moderna allá por los primeros años del siglo XX.
Desde el humor y la critica periodística, pudo hablar de la identidad argentina, de los inmigrantes, de los criollos y de una nación que había que ir y entender. La publicación, por algunos denominada «la constru revista de la patria», acompañó la construcción de la Argentina, dando cuenta de sus fenómenos políticos, sociales y culturales. Reflejó el modo en que sus habitantes vivían, se alimentaban, se educaban, trabajaban, y la manera en que mantenían sus tradiciones.
Caras y Caretas combinaba un diseño exquisito en el cual sobresalían imágenes de gran calidad, hermanadas con textos periodísticos y de humor. Tuvo gran eco en España en los primeros años del siglo XX primeros años del siglo XX, contando con una importante tirada y numerosos lectores. La revista Caras y Caretas trataba temas de la vida diaria, de la poltica y de la cultura. Fue así que poco a poco, su popularidad fue creciendo y ganando espacio en una sociedad tradicional y onservadora con la mirada puesta en el viejo continente.
En los orígenes de la revista, Buenos Aires se planteaba como una ciudad promisoria, joven y pujante, como se muestra en algunas fotos. Las publicidades de la revista son sumamente descriptivas, no escatimando ninguna palabra en su redacción. La revista cubría todos los aspectos de la vida de entonces, desde el literario hasta el polltico. Las cuestiones más importantes del momento. Caras y Caretas significó un merecido avance en muchos aspectos.
No sólo ponía en manos de miles de ciudadanos una revista popular y variada (se autodefinía «semanario festivo, iterario, artístico y de actualidades») donde se reflejaban las preocupaciones nacionales de toda índole, así como los sucesos internacionales, sino que en varios aspectos más pequeños pero característicos, pudo tener el orgullo de la originalidad que exigía la época: comenzaron a pagarse las colaboraciones literarias y se levantó el nivel técnico con el empleo de cromos y fotograbados.
Caras y Caretas del cambio de siglo constituyó, sin duda, el más fiel reflejo de aquella Argentina. En sus páginas quedó impreso el fenómeno de la inmigración, el desarrollo del comercio y la prod áginas quedó impreso el fenómeno de la inmigración, el desarrollo del comercio y la producción y, sobre todo, la metamorfosis de la Gran Aldea, convertida en ciudad. Acompañó el cambio hasta donde pudo. Su auge comenzó a quedar atrás cuando debió competir con otras revistas más novedosas que ganaban el favor del público, como Mundo Moderno, fundada en 1911.
Acaso su vocación por abarcarlo todo, por expresar integralmente a la sociedad de entonces, fue la causa principal de la agonía. La primera época de la revista fue la más notable. La revista constaba de dos portadas. Ambas contenían lustraciones sobre hechos de actualidad. La primera estaba impresa a color y la segunda, en blanco y negro. Están portadas eran separadas por páginas que conten(an noticias de indole internacional y culturales, además de la publicidad, que iba insertada – salvo en los últimos años- en las primeras y en las últimas páginas.
Las portadas eran dibujadas por Cao o por Mayol, o a veces por Zavattaro y Giménez. Luego de la segunda portada, se encontraba la sección «Sinfonía», una suerte de editorial, escrita por Pellicer, que tomaba postura frente a temas importante y a hechos cotidianos que reocupaban a la gente. De la misma manera que la editorial de un diario refleja la opinión del mlsmo, la brillante pluma de Pellicer volcaba en «Sinfonía» la postura de «Caras y Caretas» respecto a temas como el fraude, la situación económica, etc. Menudencias» era otra de las secciones fijas de la revista. Iba sin firma, y era pequeños comentarios sobre temas de ac de las secciones fijas de la revista. Iba sin firma, y era pequeños comentarios sobre temas de actualidad. Desde sus inicios, la publicidad tuvo un importante presencia en el semananos. Comenzó abarcando un 25 % del total de las áginas y desde entonces aumentó hasta alcanzar su punto culminante en 1920 donde ocupaba la mitad de la revista. La revista acusa dos etapas definidas.
La primera, va desde su fundación, en 1898, hasta fines de la primera década del siglo XX. Sus fundadores pretendieron elaborar una publicación política -humorística. Con el correr de los números, comenzó a tomar cuerpo una tendencia de ampliar el espectro de la revista, publicando más noticias internacionales y dándole cobertura a determinados temas, que se habían ignorado. Luego el semanario continuó modelando su personalidad de «revista semanal lustrada», tal como se autodefinió a partir de 1913, recortando sustancialmente el material de humor y de caricaturas.
Del mismo modo comenzaron a no tomar postura frente a los temas pol[ticos, imprimiéndole un tratamiento meramente informativo. Lentamente, el semanario cambió radicalmente su personalidad. Caras y Caretas contó e informó, con talento, profundidad las razones y trampas que los argentinos de aquellos tiempos y de todos los tiempos desplegaron para ublcarse en el mundo. Dio cuenta de sus maravillas, de sus glorias, de sus miserias y del denodado y no siempre paclfico esfuerzo de inventar la Argentina.