Cuesta vivir del arte gy DjoshGtQuetgo HOR6pR 15, 2011 | 5 pagos ¿CUESTA VIVIR DEL ARTE? Hay ocasiones en las cuales hay mucho por hablar y – a su vez – no se logran aclarar los sentimientos, las ideas o expresiones idóneas y precisas para ello, y más aún cuando el arte – bastión sin precedentes de la subjetividad humana — entra en juego. Y es el arte la esencia del ser humano de buscar las maneras de expresión de sentimientos, aunado a la crítica del mismo autor o de las personas que lo ven, observan, oyen, leen o perciben.
Leyendo un poco los blogs de la revista me topé con uno en articular que menciona una realidad que a todos los que traemos «madera» para ser artistas hemos experimentado más de alguna vez: «de musico te morís de hambre» mencionan textualmente las letras del «Tito», amigo de la infancia a quien más de alguno de los lectores reconocerá or su habilidad para ejecutar la guitarra. ors do en cómo el arte, Sin embargo, me cen r to View nut*ge su incidencia e impo blos del altiplano guatemalteco – espe ular relevancia y se vuelve el eje central ra, la economía y la cosmovisión de los mismos.
Tomando en cuenta que Guatemala no tiene aún la cultura e reconocer el talento nacional, haré un análisis capaz de comprender Sw p to page comprender el quehacer de muchos artistas que no toman su oficio o su «hobbie» como forma de vida, Sino como una manera de expresar y comprender su mundo. La frase mencionada por ‘Tito» es muy conocida para todos los artistas en sus diferentes ramas y variaciones, ya sean cantantes, intérpretes, compositores, cantautores, músicos, actores y actrices de teatro, muchos otros artistas que reflejan su cosmovisión por medio de la pintura o escultura.
Viajando una vez con la familia por los pueblos del lago de Atitlán, pasamos viendo las galerías de arte de Santiago. Cabe mencionar que, en estos pueblos; la mayoría tiene talento para esculpir madera, para pintar o tejer; es más reconocido el nivel y trabajo profesional de los sampedranos y «atitecos» en cuanto a la región del Lago se refiere. Sin embargo, todos hemos sido testigos de que somos nosotros mismos — los guatemaltecos los que «regateamos» los precios de los cuadros o curiosidades de madera. Mejor me dedico a ser pastor y asf hago pisto» leí una vez en otro blog (www. blog. arquitectura. ufm. edu). Y es que, si analizamos l desarrollo del arte medieval; cada uno de los grandes artistas (Miguel Ángel, Leonardo, Palladio, Brunelleschi, entre otros) tuvo mecenas. Haciendo un poco de historia, el arte estuvo destinado en esa época para las élites. Ahora, si bien existen artista RI_IFS arte estuvo destinado en esa época para las élites.
Ahora, si bien existen artistas guatemaltecos de renombre internacional, (Carlos Mérida, Ricardo Arjona, etc) el arte quedó relegado a un segundo plano en la sociedad guatemalteca. Todos quieren tener su cuadro de la Antigua Guatemala (con el volcán en todas las calles, cuando no todas se orienten hacia él) intado por pobladores de San Juan Comalapa, Santiago Atitlán o San Pedro La Laguna, pero nadie quiere pagarles el precio real de lo que sus autores piden.
Somos tan «pilas» que regateamos hasta la venta de cuadros, de esculturas de madera sin pensar acaso en que esta gente vive trabajando de ello. El pesimismo, tan presente en nuestra cultura; hace hincapié a que «cualquiera» puede pintar, «cualquiera puede aprender a tocar algún instrumento, ser artista es ser «hippie», antisocial, vividor, iluso, vago, etc; algunas de las tantas exclamaciones que se escuchan en la calle.
El joven extrovertido que quiere expresar por medio de un spray y un muro sus más íntimos – o infames – deseos es visto como «marero»… cuando el mismo arte del «grafiti», desvirtuando el nivel y profesionalidad del arte gráfico sobre el qué dirá la sociedad. Mis estudios de arquitectura me han hecho ver más allá del horizonte que supone la mera construcclón hacia la apreciación de arte en todas sus facetas. El 31_1fS horizonte que supone la mera construcción hacia la apreciación de arte en todas sus facetas.
El verdadero arte no se queda engavetado en un estudio, en unos lienzos, en una pintura, en un apel; el arte contemporáneo trascendió la bldimensionalidad y se fundió en nosotros mismos, haciéndolo parte de la convivencia diaria, de la estética corporal, de la expresión humana o de la simple gana de expresar todo aquello que las neuronas maquinan en la cabeza de esos personajes – anónimos muchas veces — por querer expresar y hacer valer lo que se trae en las venas.
En Guatemala, ser músico – por ejemplo – es casi una tarea titánica, que depende del patrocinio de empresas que favorecen el marketing y consumo de sus productos a expensas del artista, por tanto; se autodenominan «promotores del artista nacional» ejando su sello de bondad y mecenazgo y prescinden de sus servicios si éstos ingresos económicos no fueron los esperados. Ser poeta, como dijo Humberto Ak’ abal; es «morirse de hambre» porque es la manera más sublime de quedarnos sin nada.
El ser pintor significa «posicionarse» o «prostituirse» con las mejores galerías de arte en las ciudades, porque sólo así se crean renombres para los pintores, escultores y artistas plásticos, dejando por un lado a todo aquel que no puede ingresar a esos circulos pseudoelitistas de autores de obras ma 406 S todo aquel que no puede ingresar a esos círculos pseudoelitistas e autores de obras majestuosas por no contar con el «empujón» adecuado para hacerlo.
Ser artesano, de aquellos que te venden pulseritas en Atitlén, es sinónimo de los «indios careros» que te quieren explotar por unos cuantos hilos maltrechos que, en cinco minutos; terminan de entrelazar, para – por lo menos – quince quetzales ganar, pagándoles los gringos, tres por un quetzal Y ser escritor… ¿Qué les diré? Si dices lo que piensas, como lo piensas y cómo lo sientes; es sinónimo de anarquía, de desestabilizador del sistema, del status quo, el responsable directo del rompimiento de la delgada línea, de la relativa tensa alma que se maneja en nuestro país.
SI escribes novelas, iMucho cuento! Si es un cuento, iQué cuentero! Si es poesía, ¿Qué se fuma el tío (o la tía)? Si escribe prosa, iQue se eche otra de vaqueritos! Dejando, de esa manera, relegada la verdadera inspiración de la palabra escrita porque el común denominador de los guatemaltecos, NI lee, NI sabe de verdadera música, NI conoce a profundidad los escritos de diversos personajes guatemaltecos, aquellos que son las luces en la vida subjetiva del arte latinoamericano en general; opacadas en la propia tierra del quetzal. SÜFS