Convivencia Y Sociedad Humana

MATERIAL DE APOYO EDUCACIÓN CIUDADANA Nombre:.. Curso: Segundo BGU » Fecha: ….. X-2014 Docente: MsC. Patricia Chávez M. Asignatura: Educación Ciudadana. Tema: La convivencia. Subtemas: Limitaciones de la convivencia. Reconocimiento Social. OBJETIVO: Identificar los factores intervinientes, que dificultan la convivencia, mediante el análisis de estos elementos, lo que permite valorar la actitud empática y tolerante de las habilidades sociales que se requiere en la sociedad. ACTIVIDADES: 9 p Lectura del documen determinar los siguie s req Enlistar los factores q una sana convivencia. ubrayado para er o interrumpir Describa cada uno, en base a un ejemplo. Señale 2 actividades que ejecutaría de manera personal, para evitarlos. Lectura del artículo : Evolución de la conciencia Autor. Enliste términos nuevos con el significado Enliste la cronología de hechos y características sociales en cada época Descripción y gráfico de las esferas Análisis de los hechos modernos y posmodernos Análisis de los hechos generados en la deconstrucción. Elabore un collage sobre lo leído. osibilidades de progreso y bienestar dependen estrechamente de que se logre un adecuado nivel de convivencia de todos sus omponentes, de modo que el interés individual se posponga en beneficio del bien de toda la comunidad. La no convivencia y falta de sentido de solidaridad en sus grados extremos llevan, inevitablemente, al caos y al triunfo del más fuerte. En nuestra sociedad la convivencia deja mucho que desear. A muchos preocupan la inflexibilidad, la descalificación y las posiciones extremas que actualmente estamos observando.

Ello constituye un serio escollo para alcanzar el bienestar y la justicia que tanto se desea. Es un hecho que la lucha por el poder distorsiona la convivencia. Es necesario analizar las raíces profundas del problema, que eguramente están dentro de nosotros mismos. La especie humana nunca ha logrado convivir armónicamente, pero ¿Será posible llegar a normas básicas que permitan una cierta convivencia o, simplemente, tenemos que aceptar esa situación como utópica?

Consideremos ahora el problema de la relación de convivencia entre los individuos. Si comprendemos la causa de fricción entre los individuos y, como consecuencia, con la sociedad, esa comprensión ayudará a producir libertad del afán posesivo. La relación de convivencia se basa actualmente en la dependencia, es decir, que uno depende de otro para su satisfacción sicológica, su felicidad y bienestar.

Generalmente no nos damos cuenta de esto, pero en el caso de darnos, aparentamos que dependemos de otro, o tratamos de desenlazarnos artificialmente de la dependencia. Abordemos aquí, de nuevo, este problema experimen 20F Ahora b dependencia. Abordemos aqu(, de nuevo, este problema experimentalmente. Ahora bien, para la mayoría de nosotros, la relación con otro se basa en la dependencia, económica o psicológica. Esta dependencia crea temor, engendra en nosotros el afán posesivo, se traduce en fricción, suspicacia, frustración.

El depender de tro económicamente puede, tal vez, ser eliminado por medio de la legislación y de una organización adecuada; pero me refiero en especial a la dependencia de otro, psicológicamente, que es resultado del anhelo de satisfacción personal, felicidad, etc. En esa relación posesiva, uno se siente enriquecido, creador y activo; siente que la pequeña llama de su propio ser es acrecentada por otro y así, no queriendo perder esa fuente de plenitud, se teme la pérdida del otro, y de esa manera nacen los temores posesivos, con todos los problemas que de ellos resultan.

Así que, en la relación de dependencia psicológica, tiene que haber iempre temor, suspicacia, conscientes o inconscientes, que a menudo se ocultan bajo palabras agradables. La reacción de este temor lleva a uno en todo tiempo a la búsqueda de seguridad y enriquecimiento a través de diversos conductos, o a aislarse en ideas e ideales, o a buscar substitutos a la satisfacción. Aun cuando uno dependa de otro, todavía existe el deseo de ser íntegro, de ser completo.

El problema completo en la convivencia es el de cómo amar sin dependencia, sin fricción y conflicto: el de cómo vencer el deseo de aislarse, de apartarse de la causa del conflicto. Si para nuestra felicidad dependemos de otro, de la ociedad o del medio ambiente, éstos llegan a hacerse esenciales para nosot 30F de otro, de la sociedad o del medio ambiente, éstos llegan a hacerse esenciales para nosotros nos abrazamos a ellos, y con violencia nos oponemos a su alteración en cualquiera forma, porque de ellos dependemos para nuestra seguridad y conforte psicológicos.

Aunque percibamos, Intelectualmente, que la vida es un continuo proceso de flujo, de mutación, que necesita cambio constante, sin embargo, emocional o sentimentalmente nos aferramos a los valores establecidos y confortantes; de allí que haya una lucha constante entre el cambio y el deseo de ermanencia. ¿Es posible poner fin a este conflicto? La vida no puede existir sin la convivencia; pero la hemos hecho en extremo angustiosa y repugnante por basarla en el amor personal y posesivo. ¿Puede uno amar y Sin embargo no poseer?

Encontraréis la verdadera respuesta no en el escape, no en los ideales, no en las creencias, sino por, la comprensión de las causas de la dependencia y el afán posesivo. Si puede comprenderse profundamente este problema de la relación entre uno y el otro, entonces tal vez comprendamos y resolvamos los problemas de nuestra relación con la sociedad, puesto que a sociedad no es sino la extensión de nosotros mismos. El ambiente, al que damos el nombre de sociedad, ha sido creado por pasadas generaciones; lo aceptamos porque nos ayuda a conservar nuestra codicia, afán posesivo, ilusiones.

En esta ilusión no puede haber unidad ni paz. La unidad meramente económica producida por medio de la coacción y la legislación, no puede poner fin a la guerra. Mientras no comprendamos la interrelación individual, no podemos tener una sociedad pacífica. Puesto que nuestra convive PAGF40F la interrelación individual, no podemos tener una sociedad pacifica. Puesto que nuestra convivencia se halla basada n el amor posesivo, tenemos que llegar a ser plenamente conscientes, en nosotros mismos, de su nacimiento, sus causas, su acción.

En el hecho de darse plena cuenta del proceso de la posesividad, con su violencia, sus temores, sus reacciones, surge una comprensión que es total, completa. Sólo esa comprensión libera al pensamiento de la dependencia y el afán posesivo. Es dentro de uno mismo donde puede encontrarse la armonia en la convivencia, no en otro, ni en el medio ambiente. En la convivencia la causa primordial de fricción es uno mismo, el yo, que es centro del anhelo unificado.

Si tan sólo podemos arnos cuenta que no es la actuación del otro lo de primordial importancia, sino cómo cada uno de nosotros actúa y reacciona; y si esa reacción y acción pueden ser fundamental, profundamente comprendidas, entonces la convivencia sufrirá un cambio radical y profundo. En esta relación de convivencia con otro existe no sólo el problema físico, sino también el de pensamiento y sentimiento en todos los niveles; y sólo es posible estar en armonía con otro cuando uno mismo es integralmente armónico.

Lo que importa en la convivencia es tener presente no al otro, sino a uno mismo, lo cual no significa que deba uno aislarse, ino que comprenda hondamente en uno mismo la causa del conflicto y el dolor. En tanto que dependamos de otro, intelectual o emocionalmente, para nuestro bienestar psicológico, esa dependencia inevitablemente tiene que crear temor, del cual emana el sufrimiento. Para comprender la complejidad de la interrelación que crear temor, del cual emana el sufrimiento. ara comprender la complejidad de la interrelación, debe haber paciencia reflexiva y sincero propósito. La convivencia es un proceso de auto revelación en el que uno descubre las causas ocultas del sufrimiento. Esta auto revelación es sólo posible en la onvlvenc. a. Se requiere énfasis en la relación de convivencia, porque en el acto de entender profundamente su complejidad estamos creando comprensión, comprensión que trasciende la razón y la emoción.

Si basamos nuestra comprensión meramente en la razón, entonces hay en ella aislamiento, orgullo y falta de amor; y si la basamos únicamente en la emoción, no existe profundidad, hay sólo sentimentalismo que pronto se esfuma, y no amor. Solamente como resultado de esta comprensión puede existir la plenitud de acción. Tal comprensión es impersonal y no puede ser destruida; ya no está supeditada al tiempo. Si no podemos derivar comprensión de los diarios problemas de la codicia y de nuestras relaciones de convivencia, entonces el buscar tal comprensión y amor en otras esferas de conciencia es vivir en la ignorancia y la ilusión.

Cultivar simplemente la bondad, la generosidad, sin la comprensión plena del proceso de la codicia, es perpetuar la ignorancia y la crueldad; sin comprender integralmente la convivencia, tan sólo cultivar la compasión, el perdón, es producir el aislamiento de uno mismo y condescender con ciertas formas sutiles de orgullo. En la comprensión plena del anhelo hay compasión, perdón. Las virtudes que se cultivan no son virtudes. Esta comprensión requiere lucidez constante y alerta, persistencia ardua y a la vez flexib virtudes.

Esta comprensión requiere lucidez constante y alerta, persistencia ardua y a la vez flexible; el simple control con su entrenamiento peculiar tiene sus peligros, puesto que es unilateral incompleto y por tanto, vac[o. El interés verdadero produce su propia concentración natural, espontánea, en la que hay el florecimiento de la comprensión. Tal interés se despierta por medio de la observación, el cuestionar las acciones y reacciones de la existencia diaria. Para captar el complejo problema de la vida, con sus conflictos y dolores, tiene uno que producir comprensión integral.

Esto puede efectuarse sólo cuando comprendemos profundamente el proceso del anhelo, que es ahora la fuerza central de nuestra vida. Artículo La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico transpersonal. Amador Martos García Asociación de Filosofía Práctica de Cataluña Tarragona, España Resumen La conciencia histórica individual surgida del primer renacimiento humanístico de los siglos XV y WI, ha devenido en este siglo XXI en un depredador neoliberalismo.

Esta última versión del capitalismo, siguiendo las tesis de Marx, está socavando su propio final pues está acabando con el valor del trabajo humano y con los recursos naturales generando, consecuentemente, una profunda crisis humanitaria y ecológica. La filosofía tradicionall mediante Kant, produjo la diferenciación del «yo», el «nosotros» y la naturaleza («ello») a través de sus Tres Críticas.

La imperiosa integración que los postmodernos llevan buscando sin éxito, puede ser posible mediante la trascendencia de la conciencia personal (ego) hacia una conciencia t 7 OF ser posible mediante la trascendencia de la conciencia personal ego) hacia una conciencia transpersonal (transcendencia del ego). Esta emergencia holística y epistemológica propugnada por la filosof[a transpersonal y la psicolog[a transpersonal, al aunar la racionalidad con la espiritualidad, invoca hacia un segundo renacimiento humanístico, ahora como conciencia colectiva, socialmente reflejado en el altermundism02.

Palabras claves: psicología, filosofía, transpersonal, consciencia, felicidad. El mapa sociológico Vivimos en una época convulsa. El advenimiento del conocimiento tecnológico y la emergencia de la noosfera (Toffler, 1993) en una sociedad de la información, ha devenido ambién, como dice Otte (2010), en un virus de la desinformación propugnada por los intereses de poderosos lobby financieros y políticos. Las mentiras, mil veces repetidas, se han convertido en verdades para el común de los ciudadanos.

Mediante este avasallamiento desde las esferas ideológica, económica, financiera y política al servicio de oscuros intereses, la percepción psicológica del ciudadano ha sufrido un reduccionismo, con lo cual, su pensamiento crítico ha sido amputado. Se ha construido así un conductismo al servicio del capitalismo o, dicho de otro modo, una moderna esclavitud al servicio del economicismo eoliberal erigido como pensamiento único. Para salir de esta esclavitud capitalista es imperativo un cambio de paradigma en nuestra civilización.

Todo cambio de paradigma está precedido de una revolución en la cosmología, por una nueva percepción del universo o de la vida. La revolución cope 80F revolución en la cosmología, por una nueva percepción del universo o de la vida. La revolución copernicana generó una enorme crisis en las mentes y la Iglesia pero, lenta y progresivamente, se fue imponiendo la nueva cosmología, perdurando hoy en día en nuestras escuelas y en nuestra percepción de la realidad.

Sin embargo, la paradoja de nuestro tiempo es que el ser humano sigue creyéndose el centro del universo y que el mundo está a su servicio para el disfrute material, cuando la realidad nos evidencia día a día que los recursos son cada vez más limitados: esta emergente visión y revolución todavía no ha penetrado suficientemente en las mentes de la mayor parte de la humanidad, mucho menos en las de los empresarios y los gobernantes, pero está presente en el pensamiento ecológico, sistémico, holístico y en muchos intelectuales que, como Carbonell (2007), abogan por El nacimiento de una nueva conciencia.

Se está gestando el paradigma de lo transpersonal: la emergencia de la conciencia colectiva de que otro mundo no solo es posible sino necesario, a saber, el altermundismo como alternativa al depredador neoliberalismo. Veamos cómo, históricamente, se ha llegado a dicha situación; Tras el Renacimiento surgió la Edad de la razón o Filosofía moderna, uno de cuyos máximos exponente fue Kant.

Con sus tres críticas La crítica de la razón pura (Kant, 2005), La crítica de la razón práctica(Kant, 2008) y La crítica del juicio (Kant, 2006), se produce una diferenciación de tres esferas: la ciencia, la oralidad y el arte. Con esta diferenciación, ya no había vuelta atrás. En el sincretismo mítico, la ciencia, la moralidad y el arte, estaba habla vuelta atrás. En el sincretismo mítico, la ciencia, la moralidad y el arte, estaban todavía globalmente fusionados. Por ejemplo: una «verdad» científica era verdadera solamente si encajaba en el dogma religioso.

Con Kant, cada una de estas tres esferas se diferencia y se libera para desarrollar su propio potencial (Wilber, 2005a): – La esfera de la ciencia empírica trata con aquellos aspectos de la realidad que pueden ser investigados de forma relativamente objetiva» y descritos en un lenguaje, es decir, verdades proposicionales y descriptivas. – La esfera práctica o razón moral, se refiere a cómo tú y yo podemos interactuar pragmáticamente e interrelacionarnos en términos que tenemos algo en común, es decir, un entendimiento mutuo. La esfera del arte o juicio estético se refiere a cómo me expreso y qué es lo que expreso de mí, es decir, la profundidad del yo individual: sinceridad y expresividad. La Edad Moderna supuso un triunfo de la razón frente al oscurantismo de la Edad Media, y propició la lenta gestación del capitalismo y el Estado. Históricamente, se suele situar el fin de la Edad Moderna con la Revolución francesa de 1789. A partir de esta revolución se inicia la Edad contemporánea hasta la actualidad.

Son muchos los acontecimientos históricos que han contribuido a la construcción de nuestro mundo tal como lo conocemos: la revolución industrial, la revolución burguesa, la revolución liberal, el imperialismo cap talista, la abolición de la esclavitud, la emancipación de la mujer, la revolución científica y la actual globalización. Pero una característica principal de la Edad contemporánea ha sido un crecimiento 0 DF 19