Comunidades Monasticas

LA ESPIRITUALIDAD DE LAS COMUNIDADES MENDICANTES Y MONÁSTICAS ORDENES MENDICANTES. Introducción. Las órdenes mendicantes o conventuales surgen luego de la crisis de Iglesia y la invasión propagandística de movimientos como el Catarismo y la Iglesia Valdense surgió una nueva forma de vida ascética que no implicaba el aislamiento de la ciudad y la vida urbana. Esta forma de vida fue impulsada sobre todo por San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán e incluían la limosna como forma de sustento.

Los llamados conventos debían ser un lugar donde el fraile diera testimonio de un modelo de vida ristiana que seduzca y oriente a los seglares. Los monjes de este nuevo tipo de vida serían llamados hermanos o frailes y no vivirían en monasterios sino en conventos que estaban en medio de las ciudades, para ellos se adoptó sobre todo la Regla de San Agustín. Así mismo la nueva estructura de organización no ligaba a los frailes a un solo convento, sino que el Superior General dictaba los traslados de cada uno para una mejor evangelización.

Las primeras órdenes que aparecieron fueron la Orden de Hermanos Menores o Franciscanos (la rama femenina de los franciscanos se denominan clarisas) y la Orden de Predicadores Dominicos, a las que luego siguieron los Carmelitas, Servitas y Agustinos. 1-. LA ORDEN DE FRAILES MENORES (U ORDEN FRANCISCANA). Más conocidos como franciscanos, es una orden religiosa mendicante católica fundada por san Francisco de Asís en el año 1209. Composición En la actualidad la componen los siguientes institutos religiosos: Primera orden. La primera orden es masculina.

Su funcionamiento fue aprobado en 1209 por el papa Inocencio III. Cuenta con tres ramas: Franciscanos conventuales, Ordo fratum minorum conventualli (O. F. M. Conv. ). Alcanzan los 5. 000 frailes. Franciscanos bservantes, Ordo Fratrum Minorum (O. F. M. ), que rondan los 17. 000 miembros. Franciscanos capuchinos, Ordo Fratum Minorum Cappuccinorum (O. F. M. Cap. ). Son cerca de 12. 000 miembros. Segunda orden. Segunda orden de San Francisco. La segunda orden comprende las ramas femeninas: Hermanas Clarisas Pobres, Ordo Sanctae Clarae (O.

S. C. ). Fundada por Santa Clara de Asís y San Francisco. Hermanas Clarisas Capuchinas, Ordo Santae Clarae Capuccinarum (O. S. C. Cap), reforma de María Lorenza Longo. Orden de la Inmaculada Concepción (concepcionistas franciscanas). Tercera orden. La tercera orden en la familia franciscana comprende: La Orden Franciscana Seglar, Tercera Orden Seglar u Ordo Franciscanus Saecularis (OFS), y la Tercera Orden Regular o Tertius Ordo Regularis (TOR). Símbolos Franciscanos.

Símbolos típicamente franciscanos son reconocidos la Tau franciscana, el cordón franciscano con tres nudos, el hábito franciscano, el Cristo de San Damián. Espiritualidad Franciscana. Los hermanos deben vivir en el espiritu del Evangelio, como se dice en la primera y en la última frase de la Regla misma, que impregnan así todo su con ngelio es la forma de vida 20F que los hermanos han ace ofesión: V guardemos Evangelio es la forma de vida que los hermanos han aceptado en su profesión: y guardemos el santo Evangelio de N.

S. Jesucristo, que firmemente prometimos». Puesto que Francisco en general no fija esta vida según la forma del santo Evangelio en todos sus pormenores, es evidente que deja a la Orden la posibilidad de adecuarse en cada ocasión a los estímulos e impulsos que provienen de una más profunda inteligencia y comprensión de la Sagrada Escritura. b) El segundo fundamento de la vida de los Hermanos Menores, fijado también éste de manera decisiva en el primero y en el ?ltimo capítulo de la Regla, es la unión con la Iglesia.

La vida de los hermanos, además de calcada en la forma evangélica, debe igualmente estar siempre e Incondicionalmente injertada, mediante la obediencia fiel, en la vida de la Iglesia. También aquí la Regla se contenta con indicaciones genéricas, pero insistentes: «Siempre súbditos y sujetos a los pies de la misma santa Iglesia, firmes en la fe católica», los hermanos deben guardar el santo Evangelio. por consiguiente, queda también aquí la posibilidad de adaptar la vida de la Orden al conocimiento acrecentado de la vida íntima y externa de la misma Iglesia.

Estas dos bases no se han fijado de una vez para siempre, sino que han de examinarse continuamente y deben estar inmersas en la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. Tal vez por esto, Francisco pensó en establecer que el Ministro General de la Orden es el Espíritu Santo, y así hubiese querido ponerlo expresamente en la Regla de no habérselo impedido el hecho de qu 30F y así hubiese querido ponerlo expresamente en la Regla de no habérselo impedido el hecho de que había sido ya aprobada por el Papa. ) Esta «vida de los Hermanos Menores», como vida evangélica en la Iglesia, centrada en la contemplación de la pobreza y umildad de N. S. Jesucristo, halla su auténtica expresión en la «minoridad» y en la «fraternidad». En resumidas cuentas, tal «vida» debe ser una hermandad evangélica, que sólo la pobreza y la humildad pueden garantizar, proteger y potenciar; ésta es para los hermanos la realización del Reino de Dios, como afirma S.

Francisco en el emocionante himno del capítulo sexto de la Regla: «Ésta es la eminencia de la altísima pobreza, que os instituyó, carísimos hermanos míos, herederos y reyes del reino de los cielos, os hizo pobres de bienes temporales, os sublimó en virtudes. ?sta sea vuestra herencia, la cual conduce a la tierra de los vivientes». En resumen, las notas características de la espiritualidad franciscana en sus diferentes versiones (masculina, femenina y seglar) se encierran en estas pocas palabras: minoridad, pobreza, fraternidad-caridad y obediencia a Dios y a toda criatura por amor a él.

Eso en cuanto a las actitudes. En lo referente a la actividad San Francisco quiso una orden donde convivieran los hermanos «orantes» los hermanos «trabajadores» y los hermanos «predicadores». 2. ORDEN DE PREDICADORES. Conocida también como orden dominicana y sus miembros como ominicos, es una orden mendicante de la Iglesia católica fundada por Domingo de Guzmán en Toulouse durante la Cruzada albigense y co PAGF40F de la Iglesia católica fundada por Domingo de Guzmán en Toulouse durante la Cruzada albigense y confirmada por el papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216.

La orden dominica se destacó en el campo de la teología y doctrina al abrigo de figuras como Alberto Magno o Tomás de Aquino. Muchos de sus miembros integraron la Inquisición medieval. La orden fundó la Escuela de Salamanca de teología, filosofía y economía. Alcanzó su mayor número de miembros urante la expansión del catolicismo en los territorios de América, África y Asia incorporados a las coronas de Portugal y de España, donde se reconoce la labor de personajes como Bartolomé de las Casas por su contribución temprana a la defensa de los derechos humanos.

La orden tuvo un declive en la modernidad hasta el siglo XIX, pero pudo recuperar su influencia con el impulso de teólogos como Enrique Lacordaire, participando activamente en el Concilio Vaticano II y, desde entonces, contribuyendo al desarrollo del catolicismo contemporáneo. El lema de la orden es Laudare, enedicere, praedicare (‘alabar, bendecir y predicad). En la actualidad, los alrededor de 6500 frailes que existen se dedican especialmente al estudio teológico y filosófico, a la pastoral en parroquias, a la misión y la enseñanza en centros de estudio.

Espiritualidad Dominicana. Cuando se habla de la espiritualidad de los frailes dominicos, es decir, de nuestro modo de relacionamos con Dios y de nuestra forma de vida religiosa, se suele hacer referencia a los cuatro pilares que compartimos junto a toda la Familia Dominicana: la oraci hacer referencia a los cuatro pilares que compartimos junto toda la Familia Dominicana: la oración, la comunidad, el estudio y la predicación.

Pero también podemos hablar de otros elementos: la condición de «Orden mendicante», el especial interés por la docencia en Sagrada Teología, la itinerancia, el sistema de gobierno democrático y la pluralidad, fruto de nuestro respeto por la personalidad de cada hermano. Todos estos elementos, de cierta manera, muestran cómo seguimos a Jesucristo según el estilo que nació con santo Domingo y que fue desarrollado por sus hermanos en la Orden de Predicadores. (http://www. dominicos. org/) 3.

ORDEN DE NUESTRA SENORA DEL MONTE CARMELO también llamada Orden de los Carmelitas) es una congregación religiosa católica y surgió alrededor del Siglo XII, cuando un grupo de ermitaños, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, considerado el jardín de Palestina; de hecho «Karm-El» significa «la viña de Dios» en las lenguas semíticas de la zona. El lema de su escudo es: ZELO ZELATUS SUM PRO DOMINO DEO EXERCITIJIJM (Me consume el celo por el senor, Dios de los Ejércitos).

En medio de las celdas construyeron una iglesia, que dedicaron a su patrona, la Virgen María, a quien veneran como Nuestra Señora del Monte Carmelo. Tomaron así el nombre de «Hermanos de Santa Maria del Monte Carmelo» (en latin Ordo fratrum Beatissim& Virginis Mari* de Monte Carmelo). El patriarca de Jerusalén, Alberto, les entregó en el año 1209 una regla, que sintetiza el ideal del Carmelo: vida contemplativa, meditación de entregó en el año 1209 una regla, que sintetiza el ideal del Carmelo: vida contemplativa, meditación de la Sagrada Escritura y trabajo.

Ramas de la Orden. Carmelitas de la Antigua Observancia. Los Carmelitas de la Antigua Observancia son la rama originaria de la Orden de los Carmelitas. Ellos se encuentran en la Ciudad de México, en la calle: Retama 77, Barrio niño Jesús, Tlalpan, D. F. Carmelitas ermitaños. Los Ermitaños de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo o Carmelitas ermitaños son una rama de la Orden que se originó con los monjes ermitaños que, desde el siglo XIII, se convirtieron en la mayor parte en frailes mendicantes.

Sin embargo, los Carmelitas ermitaños de la rama masculina de la Orden de los Carmelitas no se consideran como frailes carmelitas de la vida activa y apostólica. En la actualidad, los Carmelitas ermitaños son comunidades separadas, hombres y mueres ue viven una vida de clausura, inspirados por la vida monástica antigua Carmelita, bajo la autoridad del Prior General de la Orden Carmelita de la Antigua Observancia (O. Carm. ). Nuestra Señora del Monte Carmelo es la patrona de este tipo de comunidades carmelitas.

Esta rama se basa, por regla general, en el primitivo carisma carmelitano de la Antigua observancia, aun compartiendo la riqueza espiritual de la rama reformada de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Carmelitas descalzas. En el año 1 562, santa Teresa de Jesús efectuó una reforma en la orden religiosa y fundó el primer convento de Carmelitas escalzas en la ciudad de Ávila. Posteriormente, j 7 OF fundó el primer convento de Carmelitas descalzas en la ciudad de Ávila. Posteriormente, junto con San Juan de la Cruz, fundó la rama de los Carmelitas descalzos.

Carmelitas descalzos. A partir del año 1 562, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz impulsaron la reforma del Carmelo, fundando los primeros monasterios de Carmelitas descalzos. La nueva regla busca retornar a la vida centrada en Dios con toda sencillez y pobreza, como la de los primeros eremitas del Monte Carmelo. Los Carmelitas descalzos se dividen en tres ramas: frailes Primera Orden), monjas contemplativas (Segunda Orden) y hermanos terceros o seglares (de la Venerable Orden Tercera de los Carmelitas o del Carmelo Seglar). Carmelitas de la Orden Tercera.

El profeta Elías, inspiración espiritual de los carmelitas. Son los laicos del Carmelo de la Antigua Observancia. Viven el carisma carmelitano manteniendo sus familias y trabajos habituales (pero en algunas comunidades llegan mismo a recibir el hábito religioso carmelita). Constituyen una verdadera rama de la Orden del Carmen, se comprometen mediante la promesa de vivir los consejos evangélicos (castidad, pobreza y obediencia) y l espíritu de las bienaventuranzas. Estos carmelitas se rigen por la misma Regla de San Alberto de Jerusalén y por constituciones propias.

Carmelitas seglares. Son los miembros terciarios del Carmelo Descalzo. Son laicos que viven el carisma carmelitano manteniendo sus familias y trabajos habituales. Se rigen por la misma Regla de San Alberto y por unas constituciones propias, aprobadas en 2003. Consti 80F por la misma Regla de San Alberto y por unas constituciones propias, aprobadas en 2003. Constituyen una verdadera rama de la Orden, a la que se comprometen mediante la promesa de ivir los consejos evangélicos (castidad, pobreza y obediencia) y el espíritu de las bienaventuranzas.

Virgen del Carmen, patrona de la orden Carmelita Los que se acercan al Carmelo seglar viven un periodo de postulado, que va desde los seis meses a un año como máximo, en el que junto con la comunidad realizan un periodo de discernimiento a la vocación. Pasado ese tiempo, se invita al postulante a pedir el ingreso a la Orden, que lo preparará en los próximos dos años a emitir las promesas temporales de vivir la castidad, pobreza y obediencia, y las bienaventuranzas según su stado de vida (soltero, casado, viudo).

Hechas estas promesas, se preparará para caminar hacia las definitivas luego de tres años de formación, que lo hará miembro de la Orden. Ser un hermano carmelita no es un privilegio, sino una responsabilidad en la misión salvadora de Jesucristo. Espiritualidad carmelita. Respecto a la espiritualidad que emana de la vida carmelita, desde sus inicios, lo esencial es que, en el escenario del monte, de la fuente, de la capilla y de las celdas, palp’taba el espíritu de dos seres extraordinarios, y a la vez profundamente humanos y cercanos.

Aunque no aparezcan directamente nombrados en la Regla, comunicaron a nuestros primeros hermanos ermitaños un sentido de la existencia humana capaz de inflamar sus corazones y de impulsarlos a entregar radicalmente su vida a la cau humana capaz de inflamar sus corazones y de impulsarlos a entregar radicalmente su vida a la causa de Jesucristo y de su Evangelio: Elías y María.

El que la inspiración original estaba fecundada por el Espíritu lo avala su vigencia actual y todos los miles de personas que, a lo largo de la historia, se han acogido a ella como su razón de vivir, incluyendo a los 2 que hoy nos entimos felices de llevar el nombre de carmelitas. Aquí se fundamenta el hecho de que, la espiritualidad carmelita, es el modo de concebir y poner en práctica el conjunto de valores cristianos, concedidos a la Orden desde sus inicios, personificados en el profeta Elías y en la Virgen María, como modelos acabados de la vivencia de la riqueza espiritual recibida en herencia. http://www. ocarm. org) 4. ORDEN DE LOS SERVITAS La Orden de los servitas u Orden de frailes Siervos de María fue fundada por los siete santos fundadores, de cuyo nombre no se tiene un registro claro, sin embargo se sabe que su origen era o oble o de comerciantes. Fundación. Se dice que los siete santos fundadores son un caso único en la Iglesia católica, pues son el único ejemplo de una Orden religiosa fundada por siete personas igualmente destacadas en virtud y no por uno o dos fundadores.

Se ha llegado a decir que los nombres de los fundadores fueron: Buenhijo Monaldi, Bonayunta Manettl, Maneto dell’Antella, San Amadio de los Amidei, Sosteño, Hugo, y Alejo Falconieri. San Alejo es el más conocido de ellos. La orden fue fundada en el siglo XIII en Florencia. Los siete santos fundadores pertenecían ya a un 0 DF 19