CÓMO EL CONFLICTO ARMADO HA AFECTADO LA CULTURA COLOMBIANA

LA PROBLEMATICA DEL CONFLICTO Y SU INFLUENCIA EN LA CULTURA COLOMBIANA. Durante el desarrollo del presente ensayo, se trataran temas relacionados con la historia y la cultura colombiana, con el fin de plantear entre ellas una relación causa-efecto. Tomaré en cuenta aspectos políticos, sociales y algunos aspectos económicos del país a lo largo de ciertas épocas y su influencia en lo que podría definirse como cultura colombiana actual, o más bien, lo que defino como cultura colombiana, todo esto partiendo desde un punto de vista nada técnico ni experimentado en el tema; el mío.

Se sabe que Colombia es una nación pluricultural, es decir, en wipe next pase nut ella se puede encont sean bastantes y m que a duras penas p paisas, costeños, san cada zona del país se OF6 e mos s, que aunque ón de éstas son lo lombiana. Rolos, ista parece que en Itura diferente, tomaremos como definición de cultura, la planteada por Daniel Bonilla (2014) «La cultura es un conjunto de conocimientos, prácticas, rituales, creencias y conductas particulares de un grupo social. Reconociendo sus medios de producción, reproducción y comunicación. En Colombia los bailes, gastronomía, hasta las rendas de vestir varían en cada región, pero es más que lógico, no sería muy cómodo usar ruana de lana en la costa, o por el contrario usar «chingue» en Pasto. K0MaHAa I ecwposawe OKHO Cnpa3Ka Pasto. pero aunque se discrepe entre regiones a los colombianos nos une una historia y más que eso, nos unen miles de sentimientos, nos une la alegría, el sabor, el guarapo, el aguardiente y que lástima, pero también nos une la bala, la violencia, los falsos positivos, las ansias de justicia y paz entre otras muchas cosas.

Además, los colombianos tenemos en común que con el paso de os años degradamos la importancia de valores como el respeto, el amor patrio, la responsabilidad, etc. Los colombianos hicimos del atajo una necesidad, con esto me refiero a que se pretende conseguir todo de la manera más fácil y rápida, siempre con disculpas y excusas para todo lo que no se cumplió o no se hizo a tiempo.

Es esta costumbre del atajo es lo que probablemente ha causado tantos conflictos en la historia de Colombia, recordemos el Bogotazo, el 9 de abril de 1948 fue asesinado Gaitán, un líder político que promovía por sobre todas las cosas la unión del ueblo, el respeto de los derechos humanos entre otras cosas, la causa de este asesinato es clara, las oligarquías colombianas se sintieron amenazadas por el apoyo que tenía Gaitán del pueblo y lo más sencillo fue asesinarlo; luego de este episodio Colombia entro en una época donde los partidos políticos se aprovecharon completamente de su poder e hicieron un pacto, decidieron rotarse el gobierno del país cada cuatro años; esto sumado a los abusos del poder hicieron que el pueblo creara una nueva tendencia política denominada Unión patriótica, lo cual llev el pueblo creara una nueva tendencia politica denominada Unión atriótica, lo cual llevó nuevamente a que las oligarquías fueran por la vía fácil, el genocidio.

Se podría pensar que luego de tantas promesas rotas, luego de tantos procesos de paz fallidos los colombianos se hartaran de lo mismo, o al menos de los mismos gobernantes, pero no; se elige una y otra vez a quien detrás de sus políticas de paz está asesinando y posiblemente hace parte de aquello contra lo que dice luchar, llega en este punto un concepto que también será de mucha utilidad para el desarrollo y la conclusión a la que más tarde llegaremos; la corrupción, este término lo podemos scuchar a diario, en los noticieros y ahora hasta en las novelas, como no hacerlo si en Colombia la corrupción también ha hecho parte de la historia, no solo aquí, desde el nacimiento de las «polis» en Grecia, hace siglos, se cambiaban bienes por favores, cosa que no ha pasado de moda.

En Colombia no se tiene claro el papel del pueblo en la sociedad, puesto que el mismo se encarga de revertir la jerarquía a la que están sometidos, en nuestro país se debe rogar a los funcionarios públicos (que en realidad no funcionan) que hagan lo que es su deber, mientras que ellos se enriquecen con los Impuestos que os pertenecen. El pueblo colombiano debe entender que para ver a las oligarquías no se mira para arriba, se mira hacia abajo. Este poder de pueblo es al que le temen los políticos y es la razón por la cual deben hacer lo posible y pasar por sobre quien 3 que le temen los politicos y es la razón por la cual deben hacer lo posible y pasar por sobre quien se les atraviese para mantener su puesto intacto.

Poco antes de las elecciones los gatos regalan queso a los ratones, ellos ingenuos, regalan su voto, mas no hacen nada luego para mejorar o al menos para dar a conocer sus esacuerdos con las políticas implantadas en cada periodo. Pero, entonces ¿De quién es la culpa? ¿De los malos gobernantes o de los colombianos masoquistas? Podríamos pasar el día entero discutiendo y «echándole el pato» al otro, casi como en su momento la polémica pregunta del huevo y la gallina, estamos buscando la misma relación causa-efecto. Me resulta más sencillo hablar de las consecuencias de la violenta historia colombiana en la cultura actual. Colombia pretende avanzar a pasos agigantados hacia lo que han denominado «país desarrollado» lo que en mi opinión es un término que define el proceso de desarrollo de odo menos de la cultura ciudadana.

Las personas dejaron de ser personas reales para pasar a convertirse en el mercado objetivo de las crecientes industrias y del mundo capitalista. Colombia ha pasado por múltiples cambios drásticos a lo largo de su historia, ha pasado del estado laico a lo que vemos hoy dia, y aún con esto, no se han atrevido a delimitar un conjunto las costumbres colombianas, para por fin catalogar algo como la cultura de nuestro país y nuestra gente, lo único que podemos decir, con toda seguridad es que los colombianos somos «abejas» y «echados parlant ue podemos decir, con toda seguridad es que los colombianos somos «abejas» y «echados pa’lante» y entre pobreza, violencia y corrupción hemos sido catalogados como «los más alegres del mundo».

Los más alegres y más pasivos creo yo, hemos acostumbrado hacerle el cuarto a la injusticia. En la calle, un bogotano, un paisa, un caleño; cualquier colombiano, siempre estará prevenido, mirando para atrás a ver quién lo está siguiendo, si en Bogotá se quiere hallar una dirección, será mucha suerte si logramos que alguien nos pueda ayudar. Esta desconfianza puede entenderse, pues desde que somos equeños nos dicen que no debemos hablar con extraños, además la necesidad del colombiano por salir adelante puede hacerlo pasar por sobre las demás personas generando egoísmo, bueno, más egoísmo, puesto que el ser humano es egoísta por naturaleza.

Pensemos en un campesino, vive de lo que su campo produce, llega la guerilla y podemos inferir lo que sucede, el campesino es despojado de su tierra y con ésta también se llevan su vida, cómo pretender que éste campesino vuelva a confiar en la seguridad de su país. Además la llegada del campesino a la ciudad genera también un choque cultural que nuevamente ispersa las características culturales del lugar al que llega. El ejemplo es el más sencillo que podemos encontrar, pero adicional a esto, quiero agregar una experiencia personal. «Cuando se suba al Transmilenio, guarda el celular en la maleta. » Es lo que me dice mi mamá cada mañana. Puede que algunos lo llamen predispos 5 celular en la maleta. » Es lo que me dice mi mamá cada mañana. Puede que algunos lo llamen predisposición, pero el día que no lo hice…

Me robaron. A diario se roban millones de celulares, desaparecen decenas de personas, mutilan unas cuantas, esplazan varias familias, entre otras cosas, esto es el pan de cada día de un colombiano, como no andar prevenido y desconfiado. Sin duda hay una relación directa entre el conflicto en Colombia desde el inicio de su historia y las problemáticas que se viven diariamente. Es imposible borrar la historia de nuestra patria, y el papel del conflicto armado ha sido indispensable para definir características de los colombianos y por desgracia también ha sido nuestra carta de presentación al mundo. Con esto he llegado a varias conclusiones.

La primera, que el país está mal y yo soy un estigo pasivo de todo lo que sucede, soy de quienes se quejan y no actúan. En segundo lugar, es importante resaltar lo que es obvio, el conflicto armado ha influido, influye y siempre influirá en la cultura colombiana ya sea que se supere o no el conflicto armado en su totalidad, que se firme la paz o no, los colombinos cargaremos con la historia de un pueblo bañado en sangre de héroes, como en algún lado dice el himno nacional. Y por último, entendí que por más que no se pueda borrar la introducción de éste libro llamado Colombia, podemos actuar hoy, y cambiar lo que puede llegar a ser.