Adiccion al black berry

Adiccion al black berry gy davidcit008 no•R6pR 15, 2011 4 pagos No desde hace mucho, el mercado tecnológico ha aumentado, así como también los fabricantes ingeniosos como es Research In Motion (RIM), que creo un celular novedoso a mediados de 1999 llamado Black-Berry, se puede decir que lo tiene todo. Pero la común adicción móvil ya no sólo se limita a llamadas. En estos cuatro años la tecnología nos ha dado más formas de perder el control. Ahora los teléfonos inteligentes, los asistentes digitales personales, los Black-Berry, nos imponen más modos de comunicación.

En vez de sólo hablar o recibir llamadas, ahora podemos cruzar mensajes silenciosos: SMS, correo electrónico, chat en varios sabores, redes sociales como Twitter o Facebook vía internet, noticias, resultados deportivos. Todo en el mismo aparato aunque no por el mismo precio. Sí, no dudo que la comunicación 24/7 tiene una herramienta for filos. Usarla en exces mesas de restaurant entre sí, sino a través para criticar, pi ora S»ipe to n las to next page randes ventajas y es ser un arma de dos absurdos como las hablando, pero no s de que te pares piénsalo, porque en unos segundos o minutos, pasará lo mismo n tu mesa). ?Se acuerdan que antes había sitios donde era obligatorio apagar los celulares? pues ahora, como las conversaciones son silenciosas, ves los dedos volar furiosamente sobre los tecladitos en teatros, cines, transporte público, reuniones de negocios, conferencias, restaurantes, antros y hasta en el baño. Donde sea. La adicción de estar conectados, en línea, todo el tiempo, se ha apoderado con cierta facilidad de cada vez más usuarios alrededor del mundo. Si fuese un virus, sin duda ya la Organización Mundial de Salud le hubiera dado nivel de pandemia grave.

Si antes nos quejábamos cuando veíamos a personas usando el celular en todas partes, ahora casi podemos hablar de que vivimos en un mundo de autistas electrónicos. Ahora, en reuniones y comidas, ya no sólo los celulares cortan las conversaciones. Buena parte del tiempo alguno de nuestros interlocutores sostiene su Black-Berry entre dedos amorosos, teclea con furia, y responde con monosílabos a lo que escucha. Sí, está presente fisicamente pero su mente está en la luna, concentrada en responder a lo que siempre dicen es un correo del trabajo.

En realidad bien puede ser un SM n responder a lo que siempre dicen es un correo del trabajo. En realidad bien puede ser un SMS de un amigo, un spammer, una amiga, dos chats que llegaron en ese momento, alguna solicitud de amistad en Facebook. una retahíla de actualizaclones en Twitter. Si alguien suelta una indirecta, el electro-autista sale con la fórmula de que «es algo del trabajo», que ‘tenia días esperando ese contacto», que «es urgente», que…

Y tristemente la escena se repite varias veces en una reunión. Y honestamente, ¿cuándo en un par de horas te han salido tres o cuatro cosas verdaderamente urgentes? Y aunque todos cojeamos del mismo pie, no advertimos cómo molesta hasta que lo vemos en otro: la mirada perdida, los monosnabos, el tecleo a toda prisa. iA donde vamos! Los chicos no solemos tener problemas «somos de caucho», pero los adultos pueden llegar a sufrir tendinitis en el pulgar, y para su cura llegó el célebre Black-Berry Thumb.

El colmo de todo ya que este ingenioso aparato posee pantalla táctil. Pero no necesitamos de un problema en los pulgares para darnos cuenta de que estamos llegando a un extremo. Sí, el trabajo es importante, pero ya no vivimos en la época de la esclavitud y adie debería esperar que u 3Lvf4 trabajo es importante, pero ya no vivimos en la época de la esclavitud y nadie debería esperar que uno responda al correo inmediatamente si la pregunta se envía a deshora o durante el fin de semana.

Hay muchos correos que pueden esperar. Las conversaciones con amigos y chats nos mantienen comunicados, pero si estamos con otra persona también podemos elegir contestar después o enviar un mensaje automático diciendo que nos comunicaremos más tarde. Si pudiéramos hablar de una «etiqueta» para el uso adecuado del Black-gerry mientras estamos con otros seres humanos, creo que abría una sola regla: limitar esos contactos al máximo, sólo para urgencias auténticas.

Por fantástico que sea el mundo virtual, si estamos frente a otro ser humano, correos, Facebook, Twitter y demás pueden esperar. Nadie pone en duda la importancia de la comunicación y de «estar conectados», pero podemos elegir a quién, cómo y sobre todo en dónde y cuándo. Si ya no podemos, habrá que aceptar que tenemos una adicción al Black-Berry. Y lo típico de alguien que tiene un Black-Berry es: ¿Oyeron el mío sonar? Disculpen, es de «UR’ perdón.